La malísima y “ladrona” oposición sanluqueña

Sanlúcar Digital

SD.-Es un clásico que cualquier gobierno tilde de nefasta la democrática fiscalización y control que otros partidos ejerzan sobre o contra ellos. Así, el gobierno de España ha sido vapuleado de manera inmisericorde por una oposición conservadora y de ultraderecha en los años más difíciles que a cualquier ejecutivo le hubiera tocado gobernar, como ha sido y es la emergencia sanitaria, social y económica producida por la pandemia; la apuesta por salvar a los más necesitados, trabajadores y pymes en contraposición a salvar y proteger a la banca en la crisis de 2008, tiene mucho que ver con esta sinrazón y bronca continua.  

Lo que ocurre en el Congreso de los diputados solo es el reflejo en la mayoría de gobiernos autonómicos o locales de España sin importar mucho el color de la formación política que rija los destinos de los ciudadanos en cada uno de estas administraciones “menores” como es Sanlúcar.   

Sería tedioso enumerar las perlas que los miembros del equipo de gobierno de Víctor Mora y Javier Porrúa, han dirigido a la oposición sanluqueña, unos conjuntos disjuntos de IU, PP, Podemos y Vox.   

Cuando en 2007 el PSOE de Irene García recuperó la alcaldía de Sanlúcar lo hizo con una campaña electoral, orquestada por la joven líder emergente, que acusaba a los populares de haber elevado los impuestos a los sanluqueños a lo más alto del rango provincial.  

Grandilocuentes frases de retórica populista con apariciones oportunas, de la postulante a la silla de la Cuesta de Belén y otros como Juan Marín, en defensa del patrimonio cultural posteriormente maltratado por ambos, como el patético rodeo a la casa Arizón para salvarla, así como el incumplimiento de todas esas promesas fueron las que, al fin y al cabo, la auparon al poder.  

Las facturas en los cajones y la herencia del déficit del remanente negativo de caja que el PP les dejó, fue tan utilizada, antes y después de ocupar su poltrona, que todavía hoy, 14 años más tarde, su aventajado alumno Víctor Mora y su socio naranja, siguen la estela que la dicharachera presidenta de la diputación de Cádiz les marcó , dando esperanza a un enfermo terminal que alivia con modificaciones presupuestarias e ingeniería contable que alarga la deuda de los préstamos bancarios con periodos de amortización interminables que no se pagarán en varias generaciones.  

Irene García criticó la mala gestión, pero nunca afirmó que “cree el ladrón que todos son de su condición” porque de ser así, a buen seguro que hubiera pasado a los juzgados con una denuncia contra los responsables del presunto latrocinio.  

En la pasada nota de prensa del equipo de gobierno del 19 de octubre   se podía leer : «La modificación también va a servir para normalizar pagos, y no para hacer frente a “facturas en los cajones,  cosa que conocen muy bien en la oposición, ya que dejaron a este ayuntamiento en bancarrota total, por lo que entendemos que realmente piensan que todo ladrón es de su misma condición”. 

El señor delegado de hacienda no tiene mejor argumentario para defender su modificación presupuestaria que acusar de ladrones a todos los concejales de la oposición. 

La oposición, IU, PP, Podemos y hasta Vox, dejó “facturas en los cajones” hace catorce años, la oposición robó según se desprende de la nota de prensa en el mandato previo al de Irene García, y no es relevante que Podemos o Vox ni siquiera se veían en el horizonte político de este país y menos IU que no formaba parte de ningún gobierno.  

Muy mala deberá de ser esta oposición, todos, para no exigir una rectificación sobre las difamaciones vertidas a esos partidos que, hasta ahora, no han sido citados como imputados o investigados, menos aún condenados en Sanlúcar por ningún delito tan grave como el que se desprende de esa maliciosa nota de prensa.   

Olvida el PSOE que, en la historia reciente de nuestra democracia en este ayuntamiento, solo un alcalde fue juzgado, condenado y encarcelado por delitos, igual de graves y vergonzosos de los que ahora quieren acusar a la oposición y, olvidan también, que ese alcalde gobernaba con las siglas del partido de los 100 años de honradez. Desde la financiación ilegal del partido en el caso  Filesa, a los Eres de Andalucía, pasando por los fondos reservados para la guerra sucia contra el terrorismo, este partido tiene un lugar privilegiado en la lista de los más corruptos de España solo superado por el Partido Popular de Pablo Casado. 

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